domingo, 1 de noviembre de 2009

Entrevista a Robert De Niro


A los 65 años dos películas lo tienen como protagonista, una junto a Al Pacino. Apoya a Obama y está pensando en filmar la secuela de El buen pastor.



- Algunos elementos de What Just Happened parecen increíbles. ¿Es la película una exageración?

-Creo que no sólo no es una exageración, sino que no es nada en comparación con cómo son algunas personas en este ambiente. Hay un montón de gente que está tan loca que decidimos no incluirla en la película porque serían realmente increíbles.

-Usted nunca ha vivido en Hollywood. ¿Eso ha sido por la clase de temor que tiene su personaje de Art en la película?

-Bueno, siempre le tenemos temor a algo. Nunca viví en Hollywood, no la considero como una ciudad realmente. Yo soy un neoyorquino, crecí en Nueva York y hay una diferencia enorme entre un lugar y otro. En ese sentido, así como Detroit es la ciudad de las automotrices, L.A. es la ciudad de la industria del cine.

-Pero la película lo muestra muy temeroso de Hollywood ¿Ha tenido ese sentimiento con la industria?

-Bueno, en realidad el temor del personaje de Art ya estaba escrito. Cuando leí el libro no tuve sensación de temor, pero supongo que es porque el personaje tiene un gran sentido del humor. Él escribe desde su perspectiva y ese temor es producto de su experiencia y de todo lo que vivió allí adentro. Por eso es que le dije que hiciera una película. Le dije: "Escribí un guión si podés". Y lo hizo.

- Aun siendo Robert De Niro, cuando hizo El buen pastor, que fue su segunda película como director, no fue una tarea sencilla, ¿no?

-No, fue una experiencia humillante porque todos los días teníamos que tomar decisiones sobre todo tipo de cosas imaginables, y, una vez que atravesábamos el día, nos dábamos cuenta, después de un esfuerzo enorme, que no habíamos podido hacerlo bien. Eso hacía que todos los días nos sintiéramos terriblemente mal. Fue duro. Muy duro.

-Realmente parece preocuparse por sus películas.

-Sí, es que si realmente no te ocupás, eso se nota y la gente lo siente. El lado comercial es difícil. Se trata de dinero. Se trata de ¿cuánto dinero estoy dispuesto a perder? No es que se trate de gente mala, sino de gente que está intentando proteger sus inversiones. De lo que se trata este asunto es de hacer una película del mejor modo posible sin comprometerla. Pero es un camino de obstáculos.

-¿Le genera algún tipo de interés el juego de poderes que se refleja en la película?

-Supongo que es algo que se podría encontrar en cualquier negocio, pese a que no me gusta llamar al negocio de las películas un negocio. Me gusta llamarlo profesión. Pero, en todo esto, hay una gran parte de negocio que juega un rol poderoso, porque los estudios empujan, uno empuja y, de lo que se trata, es de obtener lo que uno quiere. En mi caso es el hecho de hacer películas lo mejor que pueda, con los actores adecuados, con la gente adecuada y con los ingredientes adecuados. Y con gente que respete eso. Pero cuando ellos empiezan a calcular el monto del dinero, uno se tiene que dar cuenta hasta dónde se puede llegar. Allí es cuando el protagonista puede tener un rol importante. Fue el caso de Matt Damon en El buen pastor, quien estuvo genial facilitándome la tarea. Sin él no hubiéramos podido terminar el film.

-¿Con qué fue más difícil lidiar: con los egos de los actores, con los inversores o con el calendario estipulado?

-Bueno, creo que cuando uno trabaja con gente que realmente es buena y creativa el ego es algo bueno y hasta importante. Sea un actor u otro elemento de la película, uno tiene que permitir que cada uno de ellos se exprese tal como es, dando lo mejor de sí. Uno debe estar complacido con eso que ellos entregan, incluso hasta el punto de ser indulgente. La gente necesita ese tipo de facilidades para dar lo mejor de sí. Al menos ellos lo hacen por mí, hablando como director. En todas las películas que he visto o intervenido, los actores trataron de dar sus mejores performances.

-¿Qué es lo que se hace para mantener a esa gente con los pies en la tierra?

-No lo se, realmente, es una pregunta difícil. No estoy seguro cómo responder. Por un lado está la naturaleza de una película y la gente que trabaja en ella y que cobra por hacer eso, que es gente creativa, y luego está uno. Siempre hay una división entre lo que ellos necesitan y lo que uno necesita. De alguna manera se tiene que situar en el medio.

-¿Se ha encontrado alguna vez en situaciones difíciles siendo actor, situaciones como las que atraviesa el personaje de Bruce Willis haciendo de sí mismo?

-He tenido algunos problemas, pero el tema es que uno siempre tiene que lidiar con situaciones en las que no se puede prever que esa clase de problemas aparezcan, incluso conociendo a la gente que trabaja con uno, o sabiendo lo que ellos hacen. O si estás haciendo eso por determinada razón (tomando ese riesgo), uno tiene que saber de qué se trata, porque uno no puede de repente decir: "Ey, un minuto..." , porque uno sabía de qué iba la cosa cuando aceptó hacerlo y esa es responsabilidad de uno. Pero yo no estoy en la línea del personaje que Bruce Willis tiene en el film. Yo nunca he pasado por esa clase de experiencias. Él estuvo grandioso porque quería estar en la película y tiene un gran sentido del humor sobre sí mismo.

-Usted hizo una gran cantidad de comedias en los últimos ochos años. ¿Son las comedias un nuevo placer que descubrió hace poco o es que nunca antes se las habían ofrecido?

-Hice películas como el Rey de la comedia o Fuga a la medianoche que tenían algunos elementos de comedia. Incluso encuentro algunos en Taxi Driver. Pero es cierto que no eran películas cómicas como lo fue Analízame o La familia de mi novia. Realmente disfruté filmándolas.

-¿Qué sintió cuando leyó el libro de Art Linson y se dio cuenta de que hay un personaje que aparece haciendo de usted. ¿Lo retrató bien?

-Sí, me reí mucho. Pensé que estaba muy bien. Art escribe con humor, y no con el sentido crítico de una persona. En la película, el personaje de John Turturro interpreta a un amigo de Art en la vida real y lo que puedo decir es que ellos todavía se hablan (risas). Han tenido idas y vueltas, pero todavía son amigos.

-Mirando hacia atrás, ¿considera que tuvo una carrera dificultosa?

-No creo que haya tenido las dificultades de otras personas. De ninguna manera. En última instancia, es tan duro hacer una película, que lo que uno no quiere es que el resto de la gente la pase mal. Ahora, si uno realmente siente que necesita hacer algo de determinada manera, eso ya es otra historia.

-El método para componer sus papeles es no hablar con la gente en el rodaje. Se dice que ellos a veces pueden percibirlo como un gesto poco amistoso, pero es parte del proceso, ¿no?

-Sí, exacto, es solo una cuestión de foco.

-Vayamos hacia tras. Sus dos primeras películas.

-Yo era un actor de Nueva York y me fui a Hollywood por tres semanas a filmar Mean Streets, pero, la verdad, no salí mucho. Realmente nunca pasé mucho tiempo afuera. Luego filmamos dos semanas en Nueva York, que es donde siempre estoy. He estado una gran cantidad de veces en L.A. haciendo películas pero no viviendo. No es que estuve recorriendo L.A. como si fuera un actor joven.

- Si usted creyera que una película necesita algo para poder continuar, ¿hasta dónde pelearía para conseguirlo?

-Bueno, eso se reduce al dinero. Así que siempre que uno pueda debe tomar el camino con menos chances de perder dinero. En el caso de El buen pastor, Matt Damon salió al cruce cuando las dificultades habían aparecido, y eso realmente me alivió muchísimo. Hablo como director. Como actor, yo me divorcio de esos asuntos, si es que ya no estoy metido como productor. No hay nada como la presión de ser director. El director es el capitán del barco y realmente tiene que tomar decisiones que son duras.

-¿Cree que es duro tomar ese tipo de decisiones?

-Sí, siempre es difícil tomar esas decisiones. Por eso se llaman "decisiones difíciles" (risas).

-Alguna vez dijo que durante la filmación de El Francotirador necesitaba un oso y que el estudio le dijo que no. ¿Cuán lejos podría llegar en ese tipo de discusiones? ¿Podría pelear como lo hace Bruce Willis en la película?

-Lo que puedo recordar es que alguien podía decirme que haga esto o aquello y que yo no lo hubiera tolerado. Hay cosas que no están abiertas a discusión. O sea, está abierto a discusión con el director, porque el director es el jefe. Los tipos trabajan juntos, pero el que toma la decisión final es el director, no el estudio. El problema es que quien tiene el personaje del director en What Just Happened no tiene una personalidad fuerte, y si no tenés un director fuerte y la gente sabe cómo presionarlo, entonces tenés un problema. Como productor tenés que tener un director fuerte y no siempre estar de acuerdo con él, pero es mejor que alguien que no tiene un punto de vista sobre las cosas.

-¿Es duro para un director trabajar con usted?

-Me llevo bien con los directores, soy una persona muy soportable y cuando trabajo con ellos no hago más que trabajar. Aun si estoy en desacuerdo sobre algo, prefiero no pelear, no hay tiempo.

-La influencia de los medios y de los paparazzis ha ido en aumento en Hollywood en los últimos años. Usted está considerado uno de los actores más reservados. En las entrevistas raramente habla de cuestiones privadas. Estoy seguro de que esto fue una decisión consciente, pero ¿cuándo fue que tomó esa decisión y por qué? ¿Hubo algún incidente para tomarla?

-No, simplemente supe, a través de mi instinto, que quería estar afuera de todo eso. A veces soy honesto y franco con algunas cosas, pero no todo el tiempo.

-¿Puede hablar sobre lo que significó trabajar con Al Pacino en Righteous Kill? ¿Fue duro elegir ese proyecto luego de Fuego contra fuego, que es considerada una gran película?

-No, estuvo bueno trabajar con Al porque tuvimos un montón de escenas juntos en Righteous Kill. Fuego contra fuego también había sido una buena experiencia.

-Cuando usted trabaja con alguien como Al Pacino el público tiene una expectativa enorme. ¿Ustedes también?.

-Seguro. Los dos las tenemos.

-¿Cómo es trabajar juntos? ¿Es algo normal para ustedes?

-Sí, somos amigos. Nos conocemos desde hace un montón de tiempo, y eso facilita las cosas.

-¿Hay algún tipo de competencia entre ambos?

-No.

Entrevista realizada por Mark Stephenson/IFA - El 07/09/08.

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